"Tuve que escupirlas para poder respirar. Se metieron por mi nariz y dentro de mis oÃdos", aseguró Lamar LaCaze de 65 años, que se recupera desde hace dos semanas en el hospital.Llegó a pensar que no sobrevivirÃa porque "mi cuerpo estaba demasiado débil".Los médicos que lo trataron en el centro médico de Seton le sacaron 1.200 aguijones, repartidos por las orejas, la nariz y la boca.