El criminal de carrera acusado de dispararle a dos policías de Manhattan, matando a uno y dejando al otro aferrado a la vida, murió a causa de sus heridas el lunes, dijeron las autoridades
\Lashawn McNeil, de 47 años, había estado en estado crítico desde que un tercer oficial le disparó después de matar a tiros a Finest Jason Rivera, de 22 años, y herir de gravedad al policía de la policía de Nueva York Wilbert Mora, de 27 años, durante un disturbio doméstico dentro del apartamento de su hermano en Harlem el viernes. El alcalde Eric Adams confirmó la muerte de McNeil en una conferencia de prensa sobre la violencia armada.
Mientras tanto, el oficial Mora todavía se aferra a la vida, dijo la policía.
Cuando se le preguntó sobre Mora, el alcalde de rostro sombrío, un ex policía de tránsito de la ciudad, pidió “oraciones.
“Oraciones por la familia, oraciones por nuestra ciudad para que avancemos en la dirección correcta”, dijo.
Una fuente policial de alto rango le dijo a The Post el lunes que Mora en realidad disparó una ronda de su arma de servicio durante el alboroto. Un tercer policía en la escena, el novato Sumit Sulan, disparó dos tiros. Los detectives ahora están esperando los resultados forenses para determinar cuál de las balas golpeó a McNeil, quien recibió un golpe en la cabeza y el brazo.
McNeil, quien disparó a los oficiales con una pistola Glock ilegal, había sido declarado con muerte cerebral después del incidente, dijo otra fuente policial.
Los investigadores están tratando de determinar cómo McNeil también consiguió un AR-15 cargado que se encontró entre el colchón y el somier en el dormitorio donde se hospedaba, dijo la fuente de alto rango. Una investigación inicial muestra que el rifle de asalto fue comprado legalmente en Michigan, dijo la fuente.
La madre de McNeil le dijo a The Post que su hijo, que creció en Far Rockaway, tenía una enfermedad mental.
“Su estado mental está muy distorsionado y eso es todo lo que puedo decir”, dijo Shirley Sourzes durante el fin de semana.
La fuente de alto rango dijo que McNeil no tenía antecedentes como una persona emocionalmente perturbada en la ciudad y que las autoridades desconocían cualquier documentación sobre problemas de salud mental con él.
