El exsecretario del Departamento de Estado de Estados Unidos Henry Kissinger ha fallecido este miércoles por la noche a los 100 años de edad en su casa de Connecticut.
Su consultora, Kissinger Associates, ha informado de que el entierro será un «servicio familiar privado» y ha agregado que «más adelante» habrá una conmemoración en la ciudad de Nueva York, según un comunicado recogido por CNN.
UNA DE LAS FIGURAS MÁS POLÉMICAS
Kissinger, cuya causa de la muerte no ha sido revelada, es una de las figuras estadounidenses más polémicas del siglo XX por ser el máximo exponente de la política internacional norteamericana de la época, en la que combinó la normalización de las relaciones con países comunistas como la Unión Soviética o China al mismo tiempo que combatía los movimientos izquierdistas en Latinoamérica.
El exdiplomático sirvió como asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca y como secretario de Estado durante la Administración Nixon y, tras su dimisión por el escándalo Watergate, continuó su carrera con el expresidente Gerald Ford.
Durante su mandato, tuvo un papel fundamental en la mejora de relaciones con China, en las negociaciones para acabar con la guerra del Yom Kippur en Oriente Próximo, en la salida de Estados Unidos de la guerra de Vietnam o en la firma de los acuerdos sobre control armamentístico con los soviéticos.
EL PRINCIPAL ARQUITECTO
El impacto de las políticas de Kissinger es la razón por la que es considerado como el principal arquitecto del escenario geopolítico tras la Segunda Guerra Mundial con Estados Unidos a la cabeza del mismo, razón por la que hasta ha sido consultado por numerosos presidentes norteamericanos tanto demócratas como republicanos.
Además de ganar el Premio Nobel de la Paz en 1973, Kissinger fue laureado con numerosos premios y reconocimientos como la Estrella de Bronce del Ejército de Estados Unidos, la Medalla Presidencial de la Libertad o la Medalla de la Libertad. El pasado 27 de mayo celebró su centenario.