Por Raúl Germán Bautista.- Ese video, que muestra un operativo policial en Brasil, y evidencia cómo las granjas de visualizaciones para YouTube y otras redes sociales se han convertido en una práctica común para inflar la popularidad de programas e influencers, y la República Dominicana no es ajena a esa situación.
En el país, este tipo de empresas sigue creciendo en la medida en que muchos buscan aparecer con grandes cantidades de comentarios, vistas o compartidos. También se utilizan para atacar en masa las cuentas de terceros o para defender causas mediante pago.
Según Cheq.ia, la creciente demanda de tráfico en línea ha dado origen a toda una industria basada en bots. La plataforma destaca que la forma más efectiva de generar tráfico automatizado en grandes volúmenes es mediante una granja de bots.
La entidad explica que los bots son scripts o software programados para hacer clic de manera automática. Están diseñados para generar direcciones IP, sesiones web y para interactuar con diversas funciones en línea.
Una granja de bots es un conjunto de estos sistemas, que pueden operar juntos o por separado, y no necesariamente deben encontrarse en una misma ubicación física.
“A menudo, una granja de bots consiste en un gran número de smartphones o tablets conectados mediante un dispositivo controlador. Estos realizan tareas repetitivas, generalmente interactuando con redes sociales, viendo vídeos o simplemente visitando sitios web para aumentar el tráfico”, añade.
Agrega que, con el paso de los años, las granjas de bots se han vuelto más avanzadas, dejando de ser simples scripts. En cambio, han evolucionado en inteligencia, escala y astucia, y ahora cuentan con una infraestructura dedicada con servidores, múltiples computadoras y enrutadores.
“La mayor sofisticación y cantidad de granjas de bots se debe, en parte, a que cada vez más personas desean comprar clics de bots para aumentar su tráfico en línea. A medida que crece la demanda, también aumentará la cantidad de granjas de bots y clics falsos”, indica.
Indica que cada vez que los bots ejecutan clics falsos en Google Ads, alguien se beneficia. Lo mismo ocurre con los clics, los seguidores y las visualizaciones en streaming en redes sociales.