SANTO DOMINGO. Para los ejecutivos de las Grandes Ligas, el talento dominicano ya trasciende las líneas de cal; va más allá del jugador que puede rendir al máximo nivel entre los 16 y 38 años o el que puede trabajar en el mantenimiento y operación de los diamantes donde se juega el pasatiempo nacional norteamericano.
A pocos entendidos en la materia sorprende que la tropa criolla alcance los 194 jugadores (entre invitados y protegidos en las nóminas de 40 hombres) que ha "invadido" los campos de entrenamientos en Florida y Arizona.
Sin embargo, en las áreas de oficina, técnica, desarrollo y operaciones de la industria de US$6,500 millones, la penetración criolla crece a ritmo acelerado al punto que cuesta encontrar plaza alguna que no cuenten al menos con un representante de la nación fundada por Juan Pablo Duarte.
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