Yanelli Grullón, es estudiante de psicología de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (Cursa-UASD, pero con lo poco que gana de las ventas de un puesto de artículos para bebé que improvisó en la avenida Mirador Yaque, apenas le alcanza para comer.
“Hoy ni siquiera he desayunado, debo pagar un dinero a la alcaldía por instalarme en la calle y mil pesos de ida y vuelva para el traslado de las mercancías. Abel, el alcalde está jugando con la necesidad el agente”, expresa Grullón, quien durante siete años ocupó un puesto de venta en el desaparecido mercado de Pueblo Nuevo.
Yaneli Grullón se resiste al igual que muchos vendedores a una nueva mudanza, esta vez a un terreno que comenzó a ser habilitado en la avenida Joaquín Balaguer.
Desde la mañana del jueves, el director de la Policía Municipal, el mayor Domingo Batista junto a un equipe de agentes trabajaban en la organización de los espacios para impedir que los puestos de venta sigan ocupante parte de la avenida Mirador Yaque.
Batista dijo que en el espacio inaugurado por la alcaldía en enero de este año para albergar a los desalojados del mercado de pulgas de Pueblo Nuevo, será habilitado, pero no especificó que empezará a funcionar en dicho local.
En apenas cinco meses el mercado ha ido expandiéndose, al punto que dominicanos y haitianos prácticamente ocupan la cabeza del elevado de Cienfuegos en el trayecto oeste hacia el este. El caos generado, inquieta a las familias del residencial El Ejecutivo.
Frank Arias, lleva varios meses con un puesto de venta de ropa interior y pantalones cortos para hombres y asegura que un nuevo traslado sería traumático.
“Si la comunidad nos acepta aquí, para que entonces una nueva mudanza de aquí”, refiere Arias.
Considera que el trasladarse a la autopista Joaquín Balaguer disminuirá más las ventas.
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