Santiago. “Sé que perdà uno de mis brazos y que ya no será lo mismo, pero lo que me sucedió no me impedirá seguir adelante con mi familia”.Y es que a pesar ser mutilada por su pareja sentimental, Yamilé LucÃa Gil, la mujer que lleva ya dos semanas postrada en el hospital traumatológico Juan Bosch, tiene fe en que a pesar de las limitaciones fÃsicas en que la dejó su agresor, se recuperará para cuidar a sus tres hijos.
Entre llanto, Gil, quien solo tiene 23 años, se lamenta del pobre papel jugado por la PolicÃa de la comunidad de Barranca donde reside. “Si la PolicÃa me hubiese puesto atención, hoy no estuviera yo asÃ, pasando por este momento. Y lo grave es que la PolicÃa no lo apresa, y él está amenazando con matar a mi hermana”, dijo Gil desde su lecho en el centro de salud.
Cumplió amenazas
Además de las heridas propinadas por su expareja, Juan Francisco Mendoza, que le provocaron la pérdida del brazo izquierdo, éste le produjo graves cortaduras en la cabeza debido a la cantidad de machetazos que le propinó. En La Vega, los reportes de violencia de género han aumentado considerablemente y en los reportes policiales, diariamente, hay al menos dos apresados por agredir a sus parejas sentimentales. Gil narró que desde que las autoridades del Ministerio Público le dieron la orden de apresamiento, ella tuvo que llevarla al destacamento policial del Distrito Juan RodrÃguez de Barranca, con la esperanza de que apresaran a quien dÃas después se convirtió en su agresor.
Dijo que en varias ocasiones tuvo que trasladarse desde su casa en Jamao, hasta la PolicÃa en Barranca, pero allà le decÃan que cuando vieran a su expareja le avisaban, pues no tenÃan agentes disponibles. “El teniente me dijo que anotara su número de celular para que le avisara, y yo le dije por favor, ese hombre me va a matar. Aunque lo llamé nunca tomó el teléfono”, apuntó.
La agredió sin piedad y huyó del lugar
Gil narró que la agresión se produjo cuando ella llegaba a su casa y Juan Francisco Mendoza, lo primero que hizo fue darle un machetazo que le cortó el brazo izquierdo. Cuando trató de correr y gritó, que la estaban por matar, le dio otro machetazo en la cabeza y la dejó por muerta. Dijo que aunque advirtió a las autoridades lo que estaba por ocurrir, nadie hizo nada para ayudarla.
Entre llanto, Gil, quien solo tiene 23 años, se lamenta del pobre papel jugado por la PolicÃa de la comunidad de Barranca donde reside. “Si la PolicÃa me hubiese puesto atención, hoy no estuviera yo asÃ, pasando por este momento. Y lo grave es que la PolicÃa no lo apresa, y él está amenazando con matar a mi hermana”, dijo Gil desde su lecho en el centro de salud.
Cumplió amenazas
Además de las heridas propinadas por su expareja, Juan Francisco Mendoza, que le provocaron la pérdida del brazo izquierdo, éste le produjo graves cortaduras en la cabeza debido a la cantidad de machetazos que le propinó. En La Vega, los reportes de violencia de género han aumentado considerablemente y en los reportes policiales, diariamente, hay al menos dos apresados por agredir a sus parejas sentimentales. Gil narró que desde que las autoridades del Ministerio Público le dieron la orden de apresamiento, ella tuvo que llevarla al destacamento policial del Distrito Juan RodrÃguez de Barranca, con la esperanza de que apresaran a quien dÃas después se convirtió en su agresor.
Dijo que en varias ocasiones tuvo que trasladarse desde su casa en Jamao, hasta la PolicÃa en Barranca, pero allà le decÃan que cuando vieran a su expareja le avisaban, pues no tenÃan agentes disponibles. “El teniente me dijo que anotara su número de celular para que le avisara, y yo le dije por favor, ese hombre me va a matar. Aunque lo llamé nunca tomó el teléfono”, apuntó.
La agredió sin piedad y huyó del lugar
Gil narró que la agresión se produjo cuando ella llegaba a su casa y Juan Francisco Mendoza, lo primero que hizo fue darle un machetazo que le cortó el brazo izquierdo. Cuando trató de correr y gritó, que la estaban por matar, le dio otro machetazo en la cabeza y la dejó por muerta. Dijo que aunque advirtió a las autoridades lo que estaba por ocurrir, nadie hizo nada para ayudarla.