Los principales periódicos de Estados Unidos reflejan en la portada de este jueves el día después del último debate presidencial en Las Vegas donde la candidata demócrata, Hillary Clinton, y su rival republicano, Donald Trump, se batieron por hora y media en un tenso duelo retórico.
Analistas sostienen que Trump perdió una oportunidad clave para lograr un impulso contra su rival y causó la consternación general por su amenaza de rechazar el resultado electoral del 8 de noviembre. Los sondeos acercan a Clinton aún más a la Casa Blanca.
El periódico The New York Times fue nombrado en varias oportunidades durante el debate y tituló en su portada: "Trump no dijo si aceptará el resultado de las elecciones", sin dudas uno de los asuntos más trascendentes de la noche de contienda política.
Los medios de comunicación fueron otro de los temas recurrentes del debate, el candidato republicano sostuvo que muchos periódicos "envenenan la mente de los electores" y que demuestran el control de los demócratas sobre la prensa y en su contra.
The Washington Post, uno de los medios que de manera abierta oficializó su apoyo a la campaña de Clinton, aseguró en su portada que "Trump no prometió honrar los resultados" de las elecciones y en un subtítulo citan la frase del republicano más difundida de la noche: "Los mantendré en suspenso".
Los rivales se ubicaron en los opuestos del espectro político en todos los asuntos, desde la Corte Suprema a las armas, pasando por el aborto, Rusia, la economía, los impuestos, la política exterior y la inmigración.
"Trump duda en aceptar el resultado" titula el periódico The Wall Street Journal de su edición de hoy, mientras que el medio neoyorquinoDaily News, caracterizado por sus fuertes titulares que causan polémica, trató al candidato republicano de "paranoico" afirman que "quizás" el magnate "rechace la voluntad de la gente" si la elegida es la ex secretaria de Estado.
Trump pareció más preparado que en los anteriores debates, pero esos esfuerzos se fueron por la borda cuando se mostró renuente a reconocer el resultado de la elección presidencial si esta no lo favorece, en contradicción incluso con su compañero de fórmula Mike Pence.
Expertos políticos dudan de la posibilidad de un fraude masivo de votos en el descentralizado sistema electoral estadounidense, a pesar de que el republicano observa un "sistema manipulado por los donantes" de Clinton, a quien tacha como una política corrupta y deshonesta.
"Es perturbador", respondió inmediatamente Clinton. "Está denigrando y rebajando nuestra democracia", afirmó la candidata de 68 años. El medio USA Today calificó de "intenso" el debate y también hizo eje en lo "obstinado y provocativo" del republicano.
El periódico de Florida, Tampa Bay Times, también citó la frase del magnate neoyorquino y en una de sus columnas de portada detalló el"record" de votantes registrados para la elección del 8 de noviembre, un detalle que no es menor ya que la afluencia de nuevos sectores -que en otras elecciones no se comprometieron a votar- y su inclinación es un misterio para ambos candidatos.
Los votantes registrados como "independientes" son la incógnita a la que Clinton intentó llegar con sus palabras en el último debate presidencial ya que fue la última oportunidad de los favoritos de dirigirse a un público masivo que juzgó con atención sus posiciones.
El Miami Herald tomó el mismo rumbo que sus medios colegas para titular la portada del 20 de octubre: "Trump rechaza decir si aceptará el resultado de la elección".
Antes del debate, Trump se encontraba 6.5 puntos por detrás de Clinton, según un promedio de sondeos nacionales, que también lo coloca en la retaguardia en la mayoría de estados claves de la elección.
El presidente Barack Obama le dijo este martes a Trump que "pare de quejarse" y hará campaña en Miami a favor de su compañera demócrata, mientras que su esposa y primera dama, Michelle, se presentará en el estado conservador de Arizona, un objetivo de los demócratas más optimistas.
La campaña continúa, ya en su recta final, y se espera que las próximas dos semanas sean las más agitadas ya que los candidatos deberán ir "a todo o nada" si pretenden inclinar la balanza de manera definitiva.
Tras el agrio último debate, los dos candidatos se verán nuevamente las caras este jueves en la cena de caridad Alfred Smith en Nueva York, una tradición en la que los aspirantes a la Casa Blanca deberán lanzarse bromas unos a otros en un ambiente distendido.